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En Filipinas, los padres están explotando sexualmente a sus hijos... en streaming

  • Vía: PlayGround Noticias
  • 4 jun 2016
  • 4 Min. de lectura

En Filipinas, un nuevo negocio está en auge. Y en él se ven involucradas familias enteras con niños pequeños. La situación económica y la necesidad de dinero está provocando que los padres en este país asiático exploten a sus hijos sexualmente a través de vídeos que retransmiten en streaming a cambio de dinero.


Tal como revelaba The Guardian el pasado lunes, este problema parece ser mucho peor de lo que se creía en un principio. Y podría afectar a cientos de niños filipinos que son víctimas, desde sus propias casas, de un doble abuso: el que le provocan sus propios padres y al que se ven sometidos a través de Internet.


En 2011, salió a la luz el primero de estos escalofriantes casos. Una agente se había infiltrado en un pueblo de Filipinas con la intención de desenmascarar los casos de abuso sexual. La mujer se hizo pasar por Japayuki, término que designa a las profesionales del sexo filipinas que viven en Japón. La agente persuadió a uno de los habitantes para que le presentara a los niños, que jugaban todos los días en las calles cercanas. Pretendía hacerles ver que era una de ellos y que trabajaba en el “mismo sector”. Fue ganándose poco a poco su confianza hasta que Nicole, la hija mayor, le confesó en qué consistían sus pequeños espectáculos.

Dos semanas más tarde, con toda la información y las pruebas necesarias, los agentes hicieron una redada en casa de los niños. Cuando entraron a la habitación se encontraron un escenario rocambolesco. En la habitación había tres niños de 11, 7 y 3 años desnudos sobre la cama. En el otro extremo, la madre y la hija mayor escribían en un ordenador. Una cámara web retransmitía en vivo todo lo que ocurría en el cuarto y la pantalla mostraba los rostros de 3 hombres que no se perdían ni un ápice de la escena.


La situación económica y la necesidad de dinero está provocando que los padres en Filipinas exploten a sus hijos sexualmente en escenas que retransmiten en streaming a cambio de dinero.


Lo que parecía un caso aislado pronto se convirtió en tendencia. Unos meses más tarde, otra familia fue cazada mientras ofrecía a sus hijos en internet. En los últimos años, este proceso se ha ido repitiendo en diferentes partes del país.


Ahora, según las Naciones Unidas, decenas de miles de niños se ven afectados por esta industria local de abuso infantil. Según denuncian, se cree que hay zonas donde comunidades enteras viven de este negocio, favorecido por el aumento de las conexiones de Internet, el avance tecnológico de las cámaras web y la creciente facilidad para realizar transferencias de dinero de país a país.


Además, es muy difícil de detectar ya que los delincuentes han encontrado en los programas de streaming cifrados el anonimato deseado.

Tal como cuenta la responsable del sureste asiático de la Agencia Nacional del Crimen de Reino Unido, Stephanie McCourt, Filipinas ofrece todo lo necesario para desarrollar este negocio tan turbio. La pobreza arraigada, el alto nivel de acceso a Internet para un país en desarrollo y el conocimiento generalizado de inglés hacen que el país sea el caldo de cultivo perfecto para este tipo de delitos.

Los niños trabajan durante todo el día. Por la mañana, se exhiben para los clientes europeos y americanos y, conforme avanza el día, se unen los clientes que viven en Australia.

Uno de los problemas a los que hacen frente las autoridades es la dificultad a la hora de estimar el tamaño de esta industria del sexo en vivo. Esto se debe a que la mayoría de las veces los pagos son anónimos y en cantidades muy pequeñas —se suele cobrar de 5 a 200 dólares por espectáculo— y se llevan a cabo en las casas y directamente a las familias.


Los niños trabajan durante todo el día. Por la mañana, se encargan de los "clientes" europeos y americanos y, conforme avanza el día, se unen los clientes que viven en Australia.


El número de casos denunciados ha pasado de 57 en 2013 a 167 en 2015. Tal como explica McCourt, “lo que estamos viendo y haciendo frente es solo una mínima parte de lo que hay ahí fuera. Mucho dinero y un gran negocio”.

Para acabar de complicar el asunto, muchos niños son cómplices de la situación. Los pequeños ven como la situación económica en sus casas mejora con estos streamings, por lo que aceptan su “trabajo” y defienden a sus padres. En ocasiones, son ellos mismos los que proponen la idea. Ven que los vecinos consiguen dinero fácil a través de este método y se lo sugieren a los padres.


Las agencias internacionales de policía ya se están movilizando. La Virtual Global Taskforce ha dedicado el 2016 a combatir la transmisión en vivo de abuso infantil. El próximo mes, UNICEF pondrá en marcha una campaña para educar a los jóvenes sobre los riesgos del mundo en línea. La iniciativa de Reino Unido #WeProtect, una alianza internacional para luchar contra el abuso infantil en línea, ha prometido 10 millones de libras para la campaña.


 
 
 

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